Atracciones

El mercadillo de Es Canar es sin duda el más genuino y grande de Ibiza. De abril a octubre de se celebra todos los miercoles este mercadillos desde las 10.00 hasta las 18.30 horas. También conocido como Hippy Market de Punta Arabí, este mercadillo extiende sus cientos de puestos de venta de los más variados artículos artesanales a la sombra de un pinar. Si tienes pensado visitarlo, más te vale reservar algunas horas para recorrerlo a fondo.

Aunque en Ibiza los mercadillos de artesanía son de tradición desde hace décadas, éste es el genuino hippy market ibicenco. Aquí fue donde los hippies que llegaron a la isla en la década de los 70 comenzaron a vender su artesanía. Hoy en día, los hippies han ido desapareciendo pero el mercadillo aún conserva toda su esencia: los vendedores ofrecen artículos originales y pasear por sus puestos es una auténtica delicia.

Aguas Blancas (Aigües Blanques) es una de las playas favoritas para los residentes de la isla. Protegida por altos acantilados granulados y de un bonito color, los alrededores están impolutos, lo que provoca un efecto espectacular. La playa es de arena dorada fina y blanda, y el fondo del mar también es de arena, pero con algunas rocas dispersas, por lo que hay que tener cuidado.

Y no te alarmes si ves a gente caminando cubierta de lodo rojizo, añadiendo un poco de agua al barro de los acantilados se forma una pasta que es muy beneficiosa para la piel.

Con el viento adecuado, Aguas Blancas suele tener un buen oleaje, con olas de gran tamaño para hacer un poco de bodysurf. En días con menos viento el agua está increíblemente clara, perfecta para practicar esnórquel – hay dos rocas interesantes a sólo 30 metros de la orilla y en la parte derecha de la playa se descubre una pequeña cala.

Popular entre la gente de la isla, esta pequeña cala bien protegida es idílica para quienes buscan tranquilidad porque incluso en temporada alta, se mantiene relativamente tranquila. Pou des Lleó, con su mezcla de suave arena fina y piedrecitas, sigue manteniendo ese aire a puerto pesquero gracias a las típicas casetas de pescadores situadas a ambos lados de la playa.

Pou del Lleo, cuya traducción es "Pozo del León", presume de unas vistas espectaculares de la isla privada de Tagomago, situada a dos kilómetros de la costa. Desde la playa, hay un paseo de media hora a la Torre d'en Valls, una de las torres vigías que se construyeron en Ibiza en el pasado contra los ataques de los piratas. Aunque no se puede subir, la zona de alrededor ofrece unas vistas maravillosas al mar y Tagomago.

El pintoresco campo alrededor de la cala está especialmente indicado para pasear y sus aguas cristalinas azul turquesa y formaciones rocosas inusuales hacen que sea perfecta para nadar y practicar esnórquel.

En Pou Des Lleo, hay tres restaurantes. El primero, un hostal, se encuentra a la izquierda según te acercas a la playa. Es un restaurante de auténtico estilo rústico con varias terrazas que ofrece pescado fresco y carne, así como paella.

El segundo se encuentra directamente en la playa. Más bien una cabaña en la playa, ofrece comidas ligeras y aperitivos. El tercero se encuentra continuando por la pista de tierra pasada la playa durante unos minutos. Está especializado en pescado y marisco.

El restaurante Bar Anita, más conocido por los ibicencos como Ca n’Anneta, se encuentra en el centro de San Carlos, junto a la iglesia del pueblo. Es uno de los bares más antiguos de la isla, hecho que le confiere un encanto sin igual.

Ibicencos y viajeros conducen hasta Sant Carles para saborear una copa de su delicioso licor de hierbas, que la misma familia produce desde hace un siglo siguiendo la receta tradicional.

Comenzó siendo la pequeña tienda del pueblo hasta que una mujer llamada Anita se hizo con la casa y en el año 60 abrió lo que hoy es Ca n’Anneta. La revolución cultural que se daba en Ibiza en aquella época, abanderada por los famosos hippies, fue uno de los motivos que propiciaron su apertura. Era la oficina de correos de esta zona, aspecto que facilitó que se convirtiera rápidamente en punto de encuentro de residentes y turistas que se reunían en este espacio para conversar sobre los cambios que se estaban dando en la isla.

Casi sesenta años después, conserva sus peculiares buzones y es sin duda un lugar indispensable a la hora de conocer la Ibiza más genuina.